Es un metal tóxico en dosis ponderales, especialmente en prescripciones prolongadas de curas digestivas que contienen hidróxido de aluminio (se toleran mejor las arcillas, silicatos naturales que asocian aluminio y magnesio).
Este elemento no se considera indispensable para la vida y parece indeseable incluso en las pequeñas concentraciones de la polución del aire. Por lo tanto, es conveniente ser muy prudente sobre el concepto inicial de tolerancia ante este metal.
Mientras, la aparición de encefalopatías ligadas a la acumulación de fosfatos de aluminio en el interior de las neuroglias del SNC es cada vez más discutida.
Su absorción se favorece con un régimen pobre en calcio y fósforo.
Su presencia favorece la intoxicación del fluoruro de sodio (forma usual de aporte fluorado).
Si obtenemos un resultado elevado en una muestra de cabellos, aparte de signos asociados frecuentemente, tales como el hiperparatiroidismo con calcio bajo, debemos obtener una muestra con pelo púbico, menos expuesta a una eventual polución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario