La lactancia materna puede verse perturbada por dolores mamarios, una secreción insuficiente de leche o un flujo de leche después del destete. Estos trastornos pueden aliviarse con medicamentos homeopáticos.
Falta de leche
La mejor manera de promover la secreción de leche es estimulando al bebé a mamar inmediatamente después del parto, y hacer que siga mamando tantas veces como sea posible durante los primeros días hasta que brote la leche. Si a pesar de esto hay falta de leche podemos pensar en los siguientes remedios:
Ignatia: nos será útil cuando sospechemos que la tensión emocional, la tristeza o un disgusto impiden el flujo de leche.
Pulsatilla: utilizaremos este remedio cuando la secreción de leche cesa por un disgusto, susto o incluso por un enfriaminento.
Calcarea phosphorica: cuando la falta de leche no tiene una causa específica, este remedio mejorará el suministro de leche en pocos días.
Calcarea carbónica: cuando la leche es insuficiente de buen principio también podemos pensar en este remedio.
Urtica urens: es uno de los grandes remedios para la falta de secreción de leche, incluso habiendo un gran aumento de volumen de las glándulas mamarias.
Ricinus: este remedio será útil para aumentar la producción de leche, cuando no hay otras causas aparentes.
Lac caninum: otro remedio que suele actuar bien en todos los casos de falta de leche.
Inflamación y Grietas del pezón
Phytolacca: es uno de los mejores remedios para inflamación e infección de las mamas y las grietas en los pezones, particularmente cuando los senos están pesados y duros. Cuando el bebé empieza a mamar el dolor se refleja por todo el cuerpo.
Croton tiglium: utilizaremos este remedio cuando el pecho está hinchado y duro, los pezones son sensibles al más leve roce con la ropa y el dolor se refleja hasta la espalda.
Sulfur: remedio a utilizar cuando las grietas son muy grandes y sangran fácilmente. Suele haber un gran picor, los dolores son agudos y aparecen cuando el bebé empieza a succionar.
Caléndula: puede tomarse en gránulos o aplicarse localmente. Ayuda a cicatrizar y reduce el dolor. Muy útil cuando hay supuración.
Graphites: si hay supuración amarilla viscosa, Graphites es el remedio.
Causticum: la madre tiene la sensación de tener los pezones en carne viva: arden, pican y escuecen, como si les tirasen alcohol encima.
Silicea: cuando las grietas se ulceran, se producen abscesos en el pecho o alrededor del pezón. La paciente se muestra débil, insegura, le sudan las manos y los pies.
Lac caninum: los dolores son continuos, agravados al menor movimiento, hasta el punto que la paciente debe aguantarlos con las manos al caminar o moverse.
Aparte de ayudar a aliviar estos trastornos físicos asociados a la lactancia materna que acabamos de comentar, la madre que da el pecho puede hacer uso de la homeopatía en caso de necesitarla para alguna otra patología, ya que los medicamentos homeopáticos son compatibles con ella y no producen ningún tipo de alteración en la leche.
Es decir, si estás tomando homeopatía para un resfriado, trastornos del sueño, etc, puedes continuar con ella.
RECUERDA ¡NO TE AUTOMEDIQUES!
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