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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Hoy en ¡AQUI TE LO EXPLICO! ¿QUE ES EL ARDOR POR REFLUJO?


También traducida como ERGE, el reflujo gastroesofágico consiste en el paso del contenido gástrico desde el estómago al esófago debido a la alteración en los mecanismos de barrera a ese nivel.
Esto no siempre se considera patológico, ya que el reflujo gastroesofágico se produce también en sujetos sanos. La diferencia estriba en que, en circunstancias normales, los episodios de reflujo tienen un carácter esporádico, el tiempo de contacto del ácido gástrico con la mucosa esofágica es breve, y la resistencia del esófago a los agentes agresivos está conservada. Cuando alguno de estos factores se altera, se produce la enfermedad por reflujo gastroesofágico, de tal forma que se define como reflujo patológico aquel que es capaz de producir síntomas o inflamación del esófago.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico se produce cuando se desequilibra el balance entre los factores agresores y los factores defensivos de la mucosa esofágica. Por ello, las causas que favorecen el desarrollo de la enfermedad son múltiples.
Causas del reflujo gastroesofágico
Una de las causas más importantes y conocidas es la alteración a nivel del esfínter esofágico inferior, que es un anillo muscular que rodea al esófago en su unión con el estómago, y permanece cerrado impidiendo que el contenido del estómago vuelva de nuevo al esófago. Cuando el esfínter se altera y se produce una disminución de su presión en reposo, se relaja y no ejerce bien su función, de forma que el contenido estomacal refluye. Determinados fármacos y sustancias como el alcohol, el chocolate o el tabaco favorecen la relajación del esfínter y, por lo tanto, el reflujo.
Otro de los factores que determinan la aparición de la enfermedad por reflujo es la alteración del “aclaramiento esofágico”, es decir, la capacidad del esófago para vaciar de forma rápida y completa el contenido gástrico refluido.
Por último, la alteración de la resistencia de la mucosa para soportar los factores agresivos puede favorecer también la aparición de la enfermedad y de lesiones en el esófago.
El reflujo gastroesofágico es uno de los trastornos digestivos más frecuentes. Los estudios demuestran que hasta el 15% de la población presenta síntomas de reflujo al menos una vez a la semana, y que alrededor del 7% los sufren a diario.
Muchas veces, si todavía no existe alteración en el esófago y hay solo reflujo, este es asintomático.
La pirosis es el síntoma más frecuente del reflujo gastroesofágico: consiste en la sensación de quemazón o dolor a nivel del esternón. Aumenta tras comidas abundantes y si el paciente se tumba.
También puede aparecer la regurgitación de un material agrio en la boca, dificultad para tragar o dolor torácico. De hecho, el reflujo es una causa muy frecuente de dolor torácico no cardiaco, que a veces puede ser clínicamente indistinto de un dolor torácico debido a un infarto agudo de miocardio.
Otras veces, las manifestaciones clínicas del reflujo son distintas y muy variadas: eructos, dolor abdominal, sensación de pesadez después de las comidas, náuseas, hipo, etc. Sin embargo, en otras ocasiones, el reflujo puede manifestarse como molestias en la faringe y en la laringe, como afonía o sensación de un cuerpo extraño en la garganta.
Las alteraciones respiratorias también son muy frecuentes, pudiendo aparecer tos nocturna, neumonía, bronquitis, broncoconstricción, asma crónica, etcétera.
En el caso de que existan ulceraciones en la mucosa del esófago, podrían aparecer también hemorragias.
En los niños, la manifestación principal va a ser la regurgitación excesiva del contenido del estómago a la boca, y aparecerán fundamentalmente síntomas respiratorios. También puede manifestarse como anemia, retraso en el crecimiento o tortícolis intermitente

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