cuida tu cuerpo tanto como tu mente

cuida tu cuerpo tanto como tu mente

sábado, 19 de abril de 2014

Homeopatia

La homeopatía (del griego ὅμοιος homoios, ‘similar’ y πάθος pathos, ‘sufrimiento’) es un tipo de medicina naturopatica  caracterizada por el empleo de preparados altamente diluidos que sin diluir causarían los mismos síntomas que sufre el paciente. Fue inventada a finales del siglo XVIII por el médico sajón Samuel Hahnemann (1755-1843) como una forma de mejorar el espíritu vital del cuerpo. Su premisa fundamental, "lo similar se cura con lo similar", afirma que "cuanto mayor es la dilución, más potente es el efecto", asumiendo que lo que causa determinados síntomas puede curar esos mismos síntomas si la dosis es baja.

Hahnemann propuso la homeopatía como una alternativa moderada a la medicina de la época, que estaba basada aún en la teoría de los humores hipocrática y utilizaba la sangría y la purgación como herramientas principales. La homeopatía se basa en fundamentos filosóficos axiomáticos ignorando el método científico, por lo que no se considera una ciencia. En concreto, propone una aproximación holística a la salud a partir de los siguientes principios: «lo semejante se cura con lo semejante» (similia similibus curantur), la integración del individuo con la naturaleza, el equilibrio individual, la existencia de un "dinamismo vital" que regeneraría de forma natural los daños causados por las enfermedades, la individualidad del organismo de cada persona (que exigiría por tanto un tratamiento individualizado)

Fundamentos

La homeopatía afirma que cuanto más diluido en agua esté un ingrediente activo más potente se hace; proceso al que llaman «dinamización». Los remedios homeopáticos se preparan diluyendo progresivamente una sustancia y sacudiendo repetidas veces la disolución. Tras las sucesivas diluciones solo quedan presentes cantidades extremadamente bajas de principio activo, e incluso el número de diluciones puede alcanzar tal grado que no quede ni una molécula de la sustancia original; por lo que en la actualidad los homeópatas han recurrido a la supuesta premisa de la "memoria del agua" para explicar los supuestos efectos de estas terapias, pero sin ninguna base experimental ni científica. A pesar de que la ciencia descarta la viabilidad de estas terapias, gozan de una amplia popularidad, llegando a ser financiadas o cubiertas por algunos sistemas de sanidad pública o seguridad social, así como por universidades como la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del Instituto Politécnico Nacional, México.
La homeopatía es una filosofía vitalista que atribuye la causa de la enfermedad a las perturbaciones sufridas por una "fuerza vital" hipotética. Estas perturbaciones se manifiestan en síntomas. Los homeópatas afirman que la supuesta "fuerza vital" tiene capacidad para reaccionar ante perturbaciones internas o externas, según lo que denominan "ley de susceptibilidad".
De acuerdo con esta "ley" homeopática de susceptibilidad, incluso un estado mental negativo podría atraer a unos hipotéticos causantes de enfermedad denominados "miasmas", que afectarían al cuerpo provocando los síntomas de enfermedad. Sin embargo, Hahnemann rechazaba la noción de que la enfermedad fuera una entidad separada o invasora, e insistía en que siempre era parte del "total viviente", esto es, del individuo.

La "ley de similitud" de Hahnemann

Hahnemann 1996.png
La teoría de la homeopatía sostiene que los mismos síntomas que provoca una sustancia tóxica en una persona sana pueden ser curados por un remedio preparado con la misma sustancia tóxica, siguiendo el principio enunciado comosimilia similibus curantur (‘lo similar se cura con lo similar’). A este axioma se le denomina "ley de similitud".
La ley de similitud constituye una afirmación no demostrada científicamente que se toma como axioma en la homeopatía, y por tanto no constituye una ley natural ni un fundamento científico válido.
El concepto homeopático de enfermedad difiere del de la medicina: considera que la raíz del mal es espiritual (energético) en vez de físico, y que el malestar se manifiesta primero con síntomas emocionales (como ansiedad y aversiones), pasando a ser si no se tratan a tiempo síntomas mentales, conductuales y por último físicos. Como resume G. Weissmann, para Hahnemann la enfermedad no era causada por ningún agente físico discreto, sino por la falta de armonía con la «fuerza vital»; para expresar la inexistencia de dichos agentes, se preguntaba «¿Ha visto alguien alguna vez la materia de la gota o el veneno de la escrófula?» Unas décadas después de la muerte de Hahnemann, Garrod demostró que el urato monosódico es «la materia de la gota» y Koch que Mycobacterium tuberculosis es «el veneno de la escrófula».

Remedios homeopáticos

Remedios homeopáticos.
El libro Materia médica pura es un repertorio homeopático, un listado de síntomas asociados a sustancias o remedios, utilizado para identificar el remedio más apropiado para cada caso. Se redactó basándose en las experiencias y creencias de Hahnemann. James Tyler Kent, que publicó su repertorio en 1905, recoge unos 700 remedios diferentes. En la actualidad, se usan cerca de 3,000 remedios distintos en homeopatía, de los cuales 150 se consideran de uso común.
La preparación de los remedios homeopáticos, conocida como dinamización opotenciación, consiste en una serie de diluciones seguidas de agitaciones, diez fuertes sacudidas contra un cuerpo elástico tras cada proceso de dilución. Se cree que la vigorosa agitación ("sucusión") que sigue a cada dilución transfiere parte de la "esencia espiritual" de la sustancia al agua. El factor de dilución de cada etapa es tradicionalmente de 1:10 (potencia D o X) o de 1:100 (potencia C), aunque recientemente se han realizado potencias LM (factor de dilución de 1:50.000 en cada etapa).
La elección de la potencia prescrita depende de cuán asentada esté la enfermedad diagnosticada, siendo 12 el punto de partida típico para males agudos, y 30 para males crónicos. El factor de dilución se considera mucho menos importante que el número de diluciones sucesivas. Las potencias D son, por lo general, las preferidas en Europa, mientras que las C prevalecen en los Estados Unidos e India.
A partir de 9C, según el número de Avogadro -que determina el número de moléculas de una sustancia -, ya no existe soluto en la disolución, es decir, ya no existe el producto físico en el agua que la diluye.

El proceso de dilución

La homeopatía define la potencia de sus remedios de acuerdo con el número de diluciones: cuanto más diluídos estén, más potentes los considera. El proceso de dilución se llama potenciación. La potencia es un número entero seguido de una X o en ocasiones un C o una CH, de modo que cuanto más alto sea el número, la dilución es mayor. 30X, por ejemplo, está más diluida (por lo tanto, de acuerdo con la homeopatía, es más potente) que 10X. Esto contrasta con los postulados básicos de la medicina convencional y la bioquímica, que establecen que cuanto más ingrediente activo esté presente en un medicamento más fuertes serán los efectos fisiológicos (positivos y negativos).
Una parte de la controversia en torno a la homeopatía se centra en el mecanismo por el que supuestamente actúan estas sustancias tan diluidas. Los críticos afirman que el grado de dilución de las preparaciones homeopáticas es tal que difícilmente pueden contener alguna cantidad de la sustancia diluida, esto es, no hay moléculas de la sustancia «activa» en las diluciones más «potentes». Una X, C o CH equivale a una parte de sustancia activa y noventa y nueve de agua o sustancia inocua, es decir 1/100 de sustancia activa. Más aún, puesto que el agua ha estado en contacto con millones de substancias distintas a lo largo de su historia, un solo vaso de agua sería una dilución de casi cualquier substancia concebible y entonces, de acuerdo con los principios homeopáticos, serviría como tratamiento para casi cualquier enfermedad imaginable. En este sentido el Consejo Australiano contra los Fraudes en la Sanidad (Australian Council Against Health Fraud) lo expresó gráficamente:
Curiosamente, el agua que se ofrece como tratamiento no recuerda las vejigas en que se guardó, ni las sustancias químicas con cuyas moléculas estuvo en contacto, o los otros contenidos de las alcantarillas en las que estuvo, o la radiación cósmica cuyas ráfagas la atravesaron.
Los defensores de la homeopatía dicen que el mecanismo sería irrelevante, porque según ellos funciona. Citan el ejemplo de la aspirina, que se había utilizado durante años sin saber cómo actuaba. Los críticos responden que hay una diferencia fundamental primero, entre no entender el mecanismo de una medicina probada, y no encontrar ningún mecanismo para un preparado de eficacia no probada; y segundo, en prestar credibilidad a una hipótesis que entra en profunda contradicción con el conocimiento bien establecido sobre las leyes de la materia y de la vida.
Mientras tanto, los estudios de eficacia no logran despejar la controversia, porque la ausencia de efectividad comprobable suele ser achacada por algunos partidarios a la supuesta inadecuación de los métodos de ensayo clínico, que atendería casos únicos y no problemas parametrizables, de tipo tal que puedan investigarse científicamente. No se ha conseguido proponer un mecanismo de acción que concilie las afirmaciones de la homeopatía con los conocimientos actuales de física, química y biologica

Historia de la homeopatía

Pintura alegórica de Alexander E. Beideman (1857) que muestra el horror con que la homeopatía y Samuel Hahnemann contemplan a la medicina de la época.
La homeopatía fue propuesta como un nuevo método terapéutico por el médico alemán Samuel Hahnemann (1755-1843), quien lo concibió entre los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX, publicando la primera edición de su obra magna, Organon der rationellen Heilkunde, en 1810. Hahnemann la presentó como respuesta a la terapéutica predominante de la época, identificada por él como sistema alopático o alopatía, en contraposición a su propio sistema. Aunque ramas del saber médico como la anatomía y la fisiología habían dado importantes pasos para convertirse en científicas, sobre todo desde el Renacimiento, la terapéutica seguía siendo dominada por las enseñanzas de Hipócrates y de Galeno, y se venía tratando a los enfermos mediante medidas extremas como purgantes, eméticos (vomitivos) y, sobre todo, sangrías —extracción deliberada de sangre—, a menudo hasta el límite del desmayo. Una evaluación con los conocimientos actuales de esta etapa de la historia del arte terapéutico lleva a la conclusión de que los médicos estuvieron haciendo más mal que bien durante esos casi dos mil años. La propuesta de Hahnemann resultaba mucho más benigna, porque desde el principio propuso la utilización de preparaciones muy diluidas, aunque no tanto como las que se han venido usando después, precisamente para evitar los efectos negativos.
A mediados del siglo XIX la terapéutica convencional comienza a valerse de los resultados de la investigación científica, sobre todo los de la biología y la química, identificando la causa de muchas enfermedades como resultado de agentes infecciosos, y empezando a examinar estadísticamente los datos epidemiológicos. El desarrollo de métodos estadísticos y experimentales, como la prueba controlada aleatoria, para la evaluación de las medidas terapéuticas, ha alejado a la medicina del siglo XX del estado de cosas que conoció Hahnemann. En contra de los reproches de éste, ni entonces ni ahora, los recursos terapéuticos se buscan entre los que provocan síntomas opuestos a los del paciente, que es lo que quiso dar a entender con el término alopatía. Sin embargo, en Estados Unidos los médicos no homeópatas aceptan sin problemas esta expresión para su propia práctica, sin preocuparse de su significado.

Hahnemann

Samuel Hahnemann, fundador de la homeopatía.
Hahnemann había abandonado en 1784 el ejercicio de la medicina tradicional, desencantado por lo que veía como un esfuerzo inútil o contraproducente, a pesar de la aceptación acrítica de la mayoría de sus contemporáneos, y se dedicó durante un tiempo a la traducción. Ocupándose de una obra del escocés W. Cullen, encontró en ella motivos de desacuerdo respecto a la explicación de las virtudes de la quinina, y emprendió sus propias investigaciones, como era frecuente en la época, sobre él mismo. Observó que los síntomas provocados por la ingestión de quinina coincidían con los de las fiebres palúdicas para las que estaba indicada, aunque se ha deducido de sus anotaciones que él debía ser hipersensible. Esta constatación le inspiró la interpretación de que «aquello que puede dar lugar a un conjunto de síntomas en un individuo sano puede curar a uno enfermo que presente ese mismo conjunto de síntomas», recuperando un viejo principio, similia similibus curantur (lo semejante se cura con lo semejante), en una generalización que es el fundamento de la terapéutica hahnemanniana.
La ciencia moderna considera que, aunque la formación de la hipótesis fue racional, es de hecho falsa. Actualmente la investigación terapéutica se basa en el rastreo de las propiedades biológicas de las sustancias con sistemas simplificados, como cultivos de tejidos y modelos animales, y en la investigación biológica de los mecanismos moleculares y celulares, normales y patológicos, de las funciones biológicas. No importa si el tratamiento induce síntomas iguales (homeopáticos), distintos (alopáticos) u opuestos (antipáticos). Tampoco se excluye el uso del propio agente patológico (recursos isopáticos), como en la aplicación de vacunas. Lo único que importa es la verificación de los efectos, tanto terapéuticos como secundarios, mediante procedimientos objetivos, cuyos resultados se puedan valorar independientemente de las expectativas de los agentes implicados, investigadores y pacientes, es decir, mediante procedimientos científicos.

Kent

El Repertorio homeopático demateria médica, escrito por James Tyler Kent.
La homeopatía, como sistema, fue refinada y popularizada por el estadounidenseJames Tyler Kent. Se basa en la teoría de que cada elemento, planta y compuestomineral puede, si se ingiere o aplica, producir ciertos síntomas. Hahnemann creía que, diluyendo estas sustancias de un modo sistemático, alcanzaría la verdadera esencia de la sustancia. Hahnemann describió este proceso de dilución como «potenciación» (en alemán, potenziert) de la sustancia. Estas cantidades diluidas podrían usarse para tratar todos los síntomas que se sabe que producen.
Hahnemann y sus estudiantes abordaron sus tratamientos de un modo holístico, lo que significa considerar el cuerpo y el espíritu como un todo, no sólo la enfermedad a tratar. El propio Hahnemann permaneció largas temporadas con sus pacientes, preguntándoles no solo por sus síntomas o enfermedades, sino también detalles sobre sus vidas cotidianas. Se dice que el modo amable de actuar de los homeópatas es una reacción a los métodos violentos de la medicina de entonces, que incluía técnicas como la sangría como algo cotidiano.
De acuerdo con los homeópatas, la medicina convencional ve los síntomas como signos de enfermedad (aunque algunos científicos actuales ven en esto una descripción simplista). Los modernos tratamientos intentan combatir la enfermedad eliminando la causa de los síntomas. Según la homeopatía, sin embargo, los síntomas son en realidad la forma que tiene el cuerpo de combatir el mal. La homeopatía propone que esos síntomas deben ser potenciados prescribiendo un remedio en dosis minúsculas, el cual en grandes dosis produciría los mismos síntomas que presenta el paciente. En el discurso actual de la homeopatía se expresa que los remedios homeopáticos pretenden estimular el sistema inmunitario, colaborando en la curación, alegación que comparte con la mayoría de las terapias alternativas consideradas pseudocientíficas.

Prevalencia y regulación

La homeopatía es aceptada en algunos países, como complemento de la atención médica moderna, y frecuentemente al lado de otras prácticas de sanación. Además de los titulados en homeopatía, algunos médicos aplican también terapias homeopáticas. Sin embargo, la homeopatía ha sido rechazada y clasificada como pseudociencia por la mayoría de los científicos y de la clase médica de los Estados Unidos y Europa Occidental, ya que consideran que sus efectos se deben únicamente al efecto placebo, que puede suscitarse por cualquier práctica que reciba confianza del paciente. No obstante, existe un amplio mercado de tratamientos homeopáticos en parte de Europa y en algunos otros países, como la India,Argentina y México. En Francia la homeopatía y otras formas de medicina alternativa son cubiertas parcialmente por laseguridad social (pero en la legislación europea, a diferencia del resto de fármacos, la aprobación no depende de que hayan demostrado su eficacia en ensayos clínicos, sino sólo de su inocuidad).

España

El 14 de diciembre de 2009 la Organización Médica Colegial de España aprobó en Asamblea el reconocimiento de la homeopatía como «acto médico», con el objetivo de que se regule su práctica, evitar que sea llevada a cabo por individuos sin formación apropiada y que esta quede restringida a personal y centros cualificados y acreditados.
En diciembre de 2011 el Ministerio de Sanidad español publicó el "Documento de análisis de situación de las terapias naturales" el cual en sus conclusiones generales plantea:
En general, las revisiones realizadas concluyen que la homeopatía no ha probado definitivamente su eficacia en ninguna indicación o situación clínica concreta, los resultados de los ensayos clínicos disponibles son muy contradictorios y resulta difícil interpretar que los resultados favorables encontrados en algunos ensayos sean diferenciables del efecto placebo.
En noviembre de 2013 el Ministerio de Sanidad, dirigido por Ana Mato, abre un proceso por el cual se regularizará la administración de productos homeopáticos. El motivo es que hasta el momento la falta de regularización legal ha llevado a la proliferación de empresas ilegales que fabrican productos homeopáticos aprovechando el vacío legal.
Sanidad resaltó en su informe que la homeopatía no ha demostrado una efectividad mayor a un efecto placebo, por lo que esta regulación no se trata de una validación o aceptación de la homeopatía como parte de la medicina. El objetivo primordial es la exigencia a los productos homeopáticos de demostrar la efectividad que proclamen tener, y que en caso de no tener efectividad, que se demuestre su inocuidad, es decir, que si no son efectivos que al menos no sean nocivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario